Las Lagunas de Ruidera, leyendas y encantamientos.

Uno de los lugares más singulares que nos podemos encontrar dentro de Castilla La Mancha son Las Lagunas de Ruidera; cerca del nacimiento del río Guadiana nos situamos en su Parque Natural (ZEPA) y reserva de la Biosfera que sin duda alguna recomiendo especialmente.

La variada vegetación y las aguas de sus impresionantes quince lagunas, conforman un paisaje lleno de colorido y de un sinfín de misterios. 

Cuando paseamos por estos espacios, podremos  conmemorar las aventuras de nuestro ingenioso hidalgo y 

disfrutar de sus leyendas llenas de romances.

Muy cerca de las Lagunas de Ruidera, nos encontramos con las ruinas del castillo de Rochafrida, un castillo datado del siglo XII y que, según el romancero, fue levantado sobre una roca en un terreno cenagoso, cercano a la fuente que llaman Frida. Todas las noches, la doncella llamada Rosaflorida se resguarda en sus aposentos en el castillo de Rochafrida para ahogarse en sus sollozos.

Cierta noche, un sirviente la oyó llorar y la doncella Rosaflorida le confesó que estaba enamorada del valeroso caballero Montesinos del que tanto se escuchaba hablar, que aún sin conocerlo era su esposo deseado. Rápidamente la doncella Rosaflorida escribió una carta y se la entregó a su sirviente, el cual mandó a tierras francesas a buscar a su amado Montesinos. Mucho tuvo que impresionar este suceso en estas tierras, ya que después se hizo eco recordado esta leyenda.

En Castilla está un castillo,

que se llama Rocafrida;

al castillo llaman Roca,

y a la fonte llaman Frida. 

El pie tenía de oro

y almenas de plata fina;

entre almena y almena

está una piedra zafira;

tanto relumbra de noche

como el sol a mediodía. 

Dentro estaba una doncella

que llaman Rosaflorida;

siete condes la demandan,

tres duques de Lombardía;

a todos les desdeñaba,

tanta es su lozanía. 

Enamoróse de Montesinos de oídas,

que no de vista.

Una noche estando así,

gritos da Rosaflorida;

oyérala un camarero,
que en su cámara dormía.

"¿Qu'es aquesto, mi señora?

¿Qu'es esto, Rosaflorida?

O tenedes mal de amores,

o estáis loca sandía". 

"Ni yo tengo mal de amores,

ni estoy loca sandía,

más llevásesme estas cartas

a Francia la bien guarnida;

diéseslas a Montesinos,

la cosa que yo más quería"; 

"dile que me venga a ver

para la Pascua Florida;

darle he siete castillos

los mejores que hay en Castilla"; 

"y si de mí más quisiere

yo mucho más le daría:

darle he yo este mi cuerpo,

el más lindo que hay en Castilla,

si no es el de mi hermana,

que de fuego sea ardida".

 

 


Y es que cerca de este castillo, existe una cueva a la que llaman la Cueva de Montesinos.


Tenemos que remontarnos a
los romances del ciclo carolingio, donde uno de los Doce Pares de Francia, el caballero Durandarte (personaje que personifica a la espada de Carlomagno), fue herido en la batalla de Roncesvalles.

Ayudado por su noble primo el caballero Montesinos, se refugiaron en esta cueva, pero la vida del caballero Durandarte se apagaba y viendo que sus fuerzas le abandonaban le pidió un último favor. Que lo dejase en esta cueva y que le llevase su corazón a su amada Dña. Belerma como símbolo de amor eterno. El caballero Montesinos puso rumbo a tierras francesas y le entregó el corazón a Dña. Belerma que llorando desconsolada levantó el puño al cielo maldiciendo la pérdida de su amado.
Después de aquello, las proezas de aquellos caballeros se hicieron de la boca de los juglares y cantaban sus hazañas por todos los pueblos.

 

Según varios filólogos, este romance es una mezcla entre la epopeya quijotesca y la tradición romancera castellana(pese a existir dicho romance en otras lenguas peninsulares y llegando a existir variaciones del tema principal en siglos posteriores).

Y es que si hacemos referencia a la obre escrita por Miguel de CervantesEl Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, nos narra en su 2ª parte, en los capítulos XXII-XXIII, que Don quijote logra bajar hasta la cueva de Montesinos, donde este queda dormido en un profundo sueño, su fiel escudero Sancho y un guía aficionado a la lectura de caballerías, preocupados logran despertarlo y este despertó blasfemando de su profundo sueño ya que “le habían quitado de la más sabrosa y agradable vida y vista que ningún humano ha visto y ha pasado.”
Intrigados por el sueño de Don Quijote, estos le piden que les cuente lo sucedido en aquel lapso de tiempo que permaneció dormido.

 

En esta aventura, Don Quijote se encuentra con el propio Montesinos, personaje de la épica castellana, el cual les dice que tras caer en su inmerso sueño este aparece ubicado en un bello prado y enfrente de él se situaba un majestuoso castillo de paredes transparentes. El caballero Montesinos le acompaña hasta una sala donde se encuentra el sepulcro de Durandarte y es allí donde se le explica a Don Quijote que se encuentran ambos caballeros, junto con su escudero Guadiana y la dama de Ruidera, acompañada de sus hijas y sobrinas, encantados por obra del mago Merlín. Es en este fragmento donde Don Quijote fue conocedor de los encantamientos del mago Merlín.

 “[…] con vos, y conmigo, y con Guadiana, vuestro escudero, y con la dueña Ruidera y sus siete hijas y dos sobrinas, y con otros muchos de vuestros conocidos y amigos, nos tiene aquí encantados el sabio Merlín ha muchos años; y, aunque pasan de quinientos, no se ha muerto ninguno de nosotros: solamente faltan Ruidera y sus hijas y sobrinas, las cuales llorando, por compasión que debió de tener Merlín dellas, las convirtió en otras tantas lagunas, que ahora, en el mundo de los vivos y en la provincia de La Mancha, las llaman las Lagunas de Ruidera; las siete son de los reyes de España, y las dos sobrinas, de los caballeros de una orden santísima, que llaman de San Juan. Guadiana, vuestro escudero, plañendo asimesmo vuestra desgracia, fue convertido en un río llamado de su mesmo nombre; el cual, cuando llegó a la superficie de la tierra y vio el sol del otro cielo, fue tanto el pesar que sintió de ver que os dejaba, que se sumergió en las entrañas de la tierra; pero, como no es posible dejar de acudir a su natural corriente, de cuando en cuando sale y se muestra donde el sol y las gentes le vean. […]”


Siguiendo con el contexto quijotesco, no debemos dejar de visitar la Cueva de la Casa de Medrano, prisión en la que Miguel de Cervantes Saavedra, gestó y empezó su obra maestra “Don Quijote de La Mancha”.

Este emblemático edificio del siglo XVII se encuentra muy cerca de Las Lagunas de Ruidera, en la villa de Argamasilla de Alba. Perteneció a la familia Medrano y posteriormente se utilizó como la antigua cárcel; siendo internacionalmente conocida por esto último, pues según la tradición popular y las leyendas quijotescas, aquí estuvo preso el escritor Cervantes durante cuatro meses a manos del marqués Rodrigo de Pacheco.


Editado por Antonio Pérez Díaz

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Fuentes del artículo: Dialnet Archivum, LXVII 2017, pp.117-156 / wikipedia.org / cervantesvirtual.com / turismocastillalamancha.es / elmausoleo.jimdo.com

Enlace sugerido: Vídeo/fotogalería de nuestra estancia en Ruidera durante el año 2018.

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