Todos hemos oído hablar alguna vez de esta legendaria fuente, la cual supuestamente cura y devuelve la vitalidad a quienes beban o se sumerjan en sus aguas. Desde sus primeras leyendas hasta la actualidad, esta fuente símbolo de inmortalidad eterna, sigue estando presente y en algunos casos, suscita la ingenuidad de muchas personas esperando a que se convierta en una realidad ya que perdura como una metáfora de cualquier producto que incremente la longevidad.
Debemos de comenzar a explicar que la juventud eterna, siempre ha sido vinculada a mitos y leyendas en forma de regalo que los dioses hacían a los mortales o de hechizos y pociones que sólo estaban al alcance de muy pocos. Las versiones escritas empiezan a exponerse en la mitología clásica, donde se hace referencia en el tercer libro de las Historias de Heródoto (siglo IV a.C.). Nos habla de una rara fuente en algún lugar de Etiopía, la cual se creía que otorgaba a sus habitantes la capacidad de curación y longevidad.
En el Evangelio de San Juan, también se narra el caso de aguas curativas donde se indica que existía un ritual de sumergirse en esas aguas con propiedades curativas. Es en este mismo lugar, el estanque de Bethesda (Jerusalén), donde Jesús sumerge a un hombre tullido para curarlo.
También hacemos referencia a las novelas de Alejandro Magno, el cual emprendió un viaje en busca de esas aguas curativas tras escuchar las historias que su lacayo le proporcionó de las leyendas surgidas desde Oriente Medio. Las versiones árabes de las novelas de Alejandro Magno, se hicieron muy populares en España durante el periodo musulmán y así perduraron en el tiempo; siendo estas historias fuente de inspiración para muchos conquistadores que, en sus viajes a América, impulsaron el mito de aguas curativas durante su colonización.
Es precisamente por este motivo por el que se le atribuye al explorador y conquistador Juan Ponce de León la búsqueda de la Fuente de la Juventud.
Los indios del Caribe, hablaban de una fuente rejuvenecedora que se escondía en algún lugar del norte de Cuba. Estos rumores llegaron a los oídos de Juan Ponce de León quien según se cree, acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje a “al Nuevo Mundo” (año 1493). Sin embargo, no se tiene constancia de ningún escrito del que se hable sobre la historia de los indios del Caribe y esa misteriosa fuente. No obstante, hay datos en los que se menciona la conquista de “La Española” (actualmente República Dominicana y Haití).
En el año 1508 el explorador prosiguió, llegando a conquistar San Juan de Puerto Rico y unos años más tarde comenzó a interesarse por el norte de Puerto Rico. Tras haber caído en gracia al rey Felipe, en el año 1512, Juan Ponce de León obtuvo la aprobación real para explorar y colonizar las islas Bimini. El explorador español junto con sus tripulantes, se embarcaron en tres navíos en busca de las islas con el objetivo de colonizarlas.
El veintisiete de marzo de 1513, avistaron por primera vez las tierras del norte, llegando a fondear sus navíos el día dos de abril de 1513 y un día más tarde tocaron tierra en la que creían que era una isla, bautizándola con el nombre de “La Florida” (estado de Florida).
La leyenda sustenta que Juan Ponce de León, hizo este descubrimiento gracias a que buscaba la Fuente de la Juventud. Pero si profundizamos un poco, en ninguna de las cartas de exploración menciona dicha fuente, tampoco se observa ninguna reseña en la aprobación real del rey Felipe, ni existe ningún documento de la época que corrobore esta versión. Probablemente fuese una leyenda posterior a su muerte, que se fue entrelazando con sus conquistas y expediciones.
(Desde el año 1535 en el que Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés se refirió al explorador, achacando sus conquistas a la búsqueda de la Fuente de la Juventud para curar su impotencia sexual, pasado por el historiador Antonio de Herrera y Tordesillas, el cual escribió un relato sobre Ponce de León en el año 1601. A partir del año 1819, los grandes escritores y artistas de la época comenzaron a señalar de nuevo a Ponce de León, como es el caso de Thomas Moran que pintó un lienzo sobre del explorador y conquistador junto con los indios.)
Pero la leyenda toma su apogeo tras la inauguración de la estatua en homenaje a Ponce de León colocada en la plaza de San Agustín en Florida (ciudad en la que desembarcó Ponce de León en su expedición a "La Florida"), el cual brinda la oportunidad de reclamo turístico junto con su “Fuente de la Juventud”. Es el caso de “Fountain of Youth Nacional Archaeological Park”, un lugar turístico muy visitado donde se ubica un manantial en la cual los turistas a parte de beber de sus aguas, pueden pasar su tiempo visitando las instalaciones del parque.
Fuentes del artículo: accioncultural.es / juan ponce de león: navegante del caribe - ed.2009 de tamara green / wikipedia.org / fountainofyouthflorida.com / elmausoleo.jimdo.com
Escribir comentario