La sierra del Atalaya (Cartagena)

08.12.11 – LA VERDAD | CARTAGENA.

Investigan el hallazgo en el monte La Atalaya de huesos que pueden ser humanos.

Un senderista que buscaba setas encontró parte de una mandíbula y la Policía Científica, tras un rastreo, otros restos óseos aún sin identificar.

 

08.12.11 - EUROPA PRESS | MURCIA.

Investigan el hallazgo de restos de huesos humanos en el monte La Atalaya de Cartagena.

 

09.12.11 - LA OPINIÓN DE MURCIA | CARTAGENA. 

La Guardia Civil investiga el origen de unos restos humanos

 

10.12.11 – LA VERDAD | CARTAGENA.

Amplían el rastreo de huesos humanos en el monte Atalaya.

Estos son algunos de los títulos publicados por los periódicos de la región tras “un macabro hallazgo en La Atalaya”


La mañana del 3 de Enero de 2012 me dispuse a averiguar más sobre el suceso ocurrido e intentar hallar alguna evidencia más de lo ocurrido y por qué no, saber si existía algún lazo de conexión entre lo ocurrido en La Atalaya con algunas de las practicas que se llevaban haciendo en susodicho lugar.

La gente más longeva, las personas que viven por los alrededores del monte y la gente que suele frecuentar ese lugar para recorrer sus senderos, afirmaban que solían evitar determinados lugares en la zona del monte de La Atalaya. 

 

Yo mismo he ido año tras año a La Atalaya recopilando información y explorando las zonas, lugar por lugar y he de decir que es normal que mucha gente tenga cierto “respeto” a algunas de las zonas ya que en ellas se encontraban pintadas en las rocas, restos de velas puestas en formas concretas, indicios de pequeñas fogatas con símbolos alrededor de ellas, incluso hasta he llegado a obtener pequeños trozos de papel quemados con fragmentos de frases y simbologías, las cuales, cuando las vi me quedé totalmente sorprendido ya que pude distinguir que esos símbolos se correspondían, muchos de ellos, al llamado libro de “El Necronomicón”.


Tengo que añadir que para esos tipos de “rituales”, las zonas de La Atalaya donde se frecuentan, no son las más indicado, dada su ubicación, su irregularidad en el terreno y sus pocos claros en las determinadas zonas, lo cual fue una sensación de tranquilidad pero me surgió una pregunta aún peor.

 

“¿Quizás tenga esto algo que ver con los huesos encontrados en el monte de La Atalaya?” Por ello me dispuse a comenzar este recorrido en compañía de mis bártulos.

 

Una vez que llegué a la Atalaya, era fácil darse cuenta que las lluvias de estos años hicieron estragos en sus paisajes, produciendo pequeños derrumbamientos en algunas de las zonas de paso (no tan frecuentadas por los senderistas); abundante vegetación, pudiendo ser peligroso ya que dificulta la visión de algunos peligros que se han ido produciendo estos últimos meses en la Atalaya y sobre todo que la gente que no está acostumbrada a este monte pueda llevarse algún susto que otro.

Conforme fui avanzando por el sendero, fui recordando antiguos viajes que realizaba y observaba las diferencias de las zonas respecto a meses anteriores. Se notaba una gran mejoría ya que al parecer, con el caso ocurrido y la continua frecuencia de excursionistas por la zona, las autoridades y grupos pertinentes, tomaron cartas en el asunto limpiando y haciendo más accesible los senderos.

Mi primera parada fue en un lugar llamado la cueva de “La lobera”, este lugar es el más conocido ya que es de fácil acceso y se caracteriza o caracterizaba, ya que no encontré indicios algunos, de zona de practica de rituales. Era conocido por la gran cantidad de simbología dibujada en sus rocas y por sus velas puestas como si se tratase de un gran altar, pero todo ello ha desaparecido quedando solamente alguna pequeña señal grabada en la superficie de las rocas. Antes de continuar avanzando dispuse la grabadora (Nota: ninguna inclusión en las grabaciones.) y la cámara fotográfica para obtener algunos resultados y tomé algunos datos en mi libreta que me resultaron interesantes, como fue la observación incrustada en la roca de este símbolo.

 

Este símbolo, se le llama el “pentagrama de fuego” y se utiliza para la invocación de Yog-Sothoth.


Una vez después de esto, me dispuse a seguir mi camino dejando a un lado el sendero, adentrándome así a lo más profundo del monte buscando indicios y algún fragmento de hueso que tuviera algo que ver con los hallazgos encontrados por las autoridades de Cartagena.

Durante varias horas estuve caminando a través de la vegetación, tomando fotos y por qué no decirlo, disfrutando de los paisajes que se me mostraban pero sin lograr visualizar ningún hueso, ninguna huella o indicio de que algo pudo suceder.

 

Después de llevar dos horas caminando por el monte me dispuse a subir al castillo de “La Atalaya”, sabía que era frecuentado por gente que no tenía donde vivir y utilizaba algunas de sus salas para cobijarse y protegerse, pero también es un lugar que suele frecuentar la gente y siempre suele haber movimiento por ese camino, el cual no resultaría nada peligroso que subiera y me encontrase con la gente que  actualmente vive en el castillo.

Una vez que llegué al castillo, como era habitual me encontré con un grupo de personas que estaban realizando fotos y merodeando por algunas de las salas de más fácil acceso del castillo. No había presencia alguna de la gente que habita el castillo, así que no tuve la posibilidad de preguntarles a cerca de los huesos hallados ni de nada que pudiera estar relacionado con la práctica de rituales.

Tan sólo realicé algunas fotografías y estuve esperando un pequeño periodo de tiempo para ver si la gente que estaba visitando el castillo se iba para así poder estar en completo silencio para poner la grabadora. (Nota: ninguna inclusión en las grabaciones.)

Mi última parada fue bajando por el camino que lleva hasta el castillo, tomé un pequeño desvío y me dirigí hacia una antigua caseta militar que estaba justo al lado de unos túneles, ya tapiados y semiderruidos por el tiempo. Sabía de la existencia de ese lugar y por eso fui directamente hacia su ubicación, lo que no sabía es que hay también habitaba gente. Tome mi cámara de fotos y la grabadora y realice unas cuantas fotografías y grabaciones al azar por la zona. (Nota: ninguna inclusión en las grabaciones.)

 

Antes de irme, estuve dudando si meterme o no en un túnel que había justo enfrente de la antigua caseta militar, no quería encontrarme con nadie ahí escondido. Al final opté por meterme en el túnel, aunque no estuve explorándolo mucho tiempo, ni tampoco lo llegué a atravesar como hice en veces anteriores ya que no disponía de los recursos necesarios para ello, pero si tuve la oportunidad de realizar varias fotografías y tomar grabaciones. (Nota: obtención de una inclusión en las grabaciones.)

Después de todo esto yo me pregunto, ¿que misterios nos esconde “La Atalaya”?, fue pura casualidad la obtención de esa psicofonía o nos quieren comentar algo en concreto sobre esa zona, ¿tendrá algo que ver los huesos hallados con todo esto? 


Editado por Antonio Pérez Díaz

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Fuentes del artículo: laverdad.es / elmausoleo.jimdo.com

Enlace sugerido: Cartagena, ciudad de tesoros.

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Comentarios: 2
  • #1

    FRAN (miércoles, 31 julio 2019 14:57)

    MUY MUY INTERESANTE EL RELATO, PERO NO PUEDO ESCUCHAR LA INCLUSION. UN SALUDO

  • #2

    Antonio Pérez Díaz (jueves, 01 agosto 2019 07:19)

    Gracias por tu comentario.
    Actualizo el enlace para que se pueda reproducir desde el servidor de YouTube.
    Nuevamente gracias por tu comentario y por visitar esta Weblog.